Querida Biblioteca:
Hace un tiempo que te noto algo apagada, triste y adormilada. Me gustaría animarte, contarte y que me contaras, que recuperaras la ilusión para continuar con tu labor de enseñar, de difundir, de comunicar, de regalar sueños, de pintar esperanzas, de conceder alas para echar a volar al genio de la imaginación, de ayudarnos a crecer, a ser...
Vivimos en un tiempo en que todo cambia a un ritmo frenético y debemos adaptarnos, renovarnos, pero sin olvidar los pilares que nos sustentan y nos ayudan a discernir lo banal de lo auténtico.
Por ello debemos en este tiempo aunar tradición y modernidad, fundamentar la raíz del fruto nuevo con la savia del árbol centenario imbatible por el viento.
Es tiempo de despertar, de desperezarse, de abrir las ventanas para que entre aire fresco e impregne de aroma de recién estrenado plumier tu sala, tus rincones, nuestros deseos...
Ahora es nuestro tiempo...
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